En una caja olvidada en el rincón más íntimo de mi habitación, descansaba mi tesoro más valioso: fragmentos de mi vida. Fotografías que habían congelado sonrisas, postales de aventuras ya vividas, rosas disecadas que conservaban susurros de amor y tickets de cine que evocaban noches mágicas. Cada uno de esos objetos, aparentemente ordinarios, guardaban una historia que esperaba ser contada.

Hace más de una década, navegando por el gran océano de internet, mis ojos se encontraron con un tesoro oculto: el universo del scrapbooking. En ese instante, algo dentro de mí despertó, encontré una forma de arte que me permitía guardar mis recuerdos en un lugar mejor que en una simple caja, sino también celebrarlos y preservarlos con creatividad. Cada fotografía, cada recorte, cada toque de color se convirtió en un puente entre el pasado y el presente, celebrando la esencia de mis vivencias con una belleza que trasciende el tiempo.

Decidí seguir este camino, guiada por la pasión de convertir mi arte en mi vida. Más que un simple pasatiempo, se convirtió en mi manera de ganarme el sustento y el alma.

Mis álbumes son mucho más que simples colecciones de fotos; son historias que cuentan quién soy, dónde he estado y hacia dónde voy. Son testigos de mi crecimiento, mis sueños, mis caídas y mis logros. Son una fuente constante de inspiración y motivación en mi vida diaria.